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     Hace unos meses tuve la oportunidad de pasar una semana en Berlín, ciudad que tenia muchas ganas de visitar y que no me defraudó. Quizá mis pasos me lleven de nuevo a ella...

     El inicio del viaje fue un vuelo directo de unas 3 horas desde Madrid al Aeropuerto Internacional Berlin-Schönefeld. De allí  un tren me llevo, casi sin saber como al centro de Berlín, concretamente al Barrio Turco de Kreuzberg. El sueño y el madrugón para llegar sin prisas al Aeropuerto de Barajas hacían mella, y un café parecía ser la mejor solución para contrarrestar...








     Tras un día de adaptación a mi nuevo barrio tocaba la típica visita al centro y las zonas más turísticas de la ciudad. Armado de un plano de metro y unos pocos apuntes comencé la expedición en busca de los monumentos, zonas, parques, torres, arquitecturas varias y tiendas que tenía marcados...
























     Unas cuantas horas de pateo y un par de viajes de metro fueron suficientes para ver casi todo lo importante. Eso si, la Isla de los Museos o Museumsinsel, tuve que dejarla para el último día, y la falta de tiempo hizo que tuviese que elegir entre uno de ellos: el Museo de Pérgamo, lleno de joyas de la antigüedad egipcias, babilónicas, mesopotámicas, romanas, griegas... y la más impresionante de ver fue el busto Nefertiti, pero impresionante de verdad.




     No todo iba a ser "cultura" pura y dura, ya que Berlín destaca por otras muchos aspectos...






     Una cosa que me llamo la atención de los berlineses es la forma en la que disfrutan de los pocos días soleados que tienen en ciertas épocas del año. Unos pocos rayos de luz pueden hacer que todos ellos se pongan de acuerdo para inundar calles y sobre todo los fantásticos parques de la ciudad. Barbacoas, cometas, bicicletas, gente corriendo, patines, bikinis, solitarios con su cerveza en mano, perros y músicos entre otros elementos se mezclan e inundan los parques en cuanto se anuncia un día de sol.



   

     También repartidos por varios puntos de la ciudad, como huellas de una época pasada, se encuentran restos del mítico Muro de Berlín, y la parte mejor conservada y más característica del Muro es el East Side Gallery.








     Otra forma de "cultura" berlinesa es el graffiti y street art, que puedes encontrar en toda la ciudad en mayor o menor medida. El centro y la zona mas comercial destaca por sus numerosas galerías de arte, pero sus calles esconden otros tesoros: graffitis, tags, stickers y otras muestras de street art.
   
     Pero sobre todo es en los barrios menos turísticos donde se puede ver graffiti, como si de una galería especializada en ello se tratase. Según te alejas del centro afloran piezas y firmas, algunas con más de 10 años, testigos y muestras de lo que una vez la ciudad fue en cuanto a este movimiento. Las crews más potentes de Alemania con sus típicos altos y rodillazos, los europeos más viajeros, leyendas americanas y por supuesto, españoles, han dejado su huella en las calles y rincones de toda la ciudad y de todas las formas posibles en los últimos años, y esta no ha sido borrada, por lo que convierte a Berlín en un gran museo para todos los amantes del graffiti.








Espero volver pronto...Tschüss Berlín!!!


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